Carmen tiene 62 años, me contó que a ella nunca le hablaron de sexo cuando inició la adolescencia, su educación sexual se redujo a lo que experimentó o aquello que le contaban. Su mamá tenía tanto miedo de tocar el tema, pero al mismo tiempo tantas ganas de prevenir a su hija, que le decía “Carmencita, cuando tengas novio, nunca dejes que te toquen el ombligo” quizá la mamá pensó que así evitaría el “acercamiento tan temido”, pero ¡oh sorpresa! Carmen quedó embarazada a los 14 años al tener sexo con su primer novio, ella no entendía, se tapó el ombligo en todo momento.
La anécdota puede parecer graciosa, pero la verdad es que la mejor educación sexual debe empezar en casa. Si eres padre o madre, seguramente te has hecho la pregunta ¿Cómo debo hablar de sexo con mis hijos? La respuesta inmediata es: con honestidad. Nada de disfrazar las cosas como la mamá de Carmen o como mi vecina que siempre decía “El mejor anticonceptivo es ponerse una pastillita entre las rodillas” ¿Te imaginas? Quien conoce el Kamasutra sabe que eso no es impedimento para nada.
La escuela será tu mejor aliado, en quinto año de primaria comienzan a tratarse los conceptos básicos de sexualidad, pero debes tener en cuenta que no es lo mismo que un libro diga cosas técnicas a platicar sobre dudas con una persona a quien le tienen confianza. Infundir esa confianza es parte de tu responsabilidad, de lo contrario, tus hijos pueden acudir con otros compañeros que pueden no dar los mejores consejos. Tú trabajo, consiste en ayudarlos a comprender que el sexo no sólo es reproducción o diversión, sino también una responsabilidad y que puede disfrutarlo sin culpa.
Te dejo algunos consejos que pueden ayudarte en esta tarea:
- Sé honesto. Nada de flores y abejitas.
- Sé directo. Exprésate con claridad, todo por su nombre sexo, pene, vagina, erección, orgasmo. Presenta los riesgos como las infecciones de transmisión sexual y el embarazo no deseado.
- Sé objetivo. No le transmitas tus miedos, debilidades o fracasos.
- No los asustes. No se vale engañarlos ni desalentarlos, es mejor hablarles de protección.
- Escúchalo y comprende. No te burles ni te rías de sus dudas.
- No sólo es sexo. Recuerda que el sexo va acompañado de sentimiento y valores. Enséñale que el sexo es cosa de dos.
- Háblale de límites. Deja claro el concepto de consentimiento y que nadie está obligado a hacer nada sin que ambos estén de acuerdo.
- Sé abierto. La educación sexual no es sólo sexo, prepárate para temas como identidad y orientación sexual.
Si requieres acompañamiento, un terapeuta puede ser tu mejor aliado y recuerda que lo más importante es hacerle saber a tu hijo adolescente que hablar de sexo está bien y que siempre que tenga dudas o inquietudes estás ahí para ayudarlo.