Por generaciones, las mujeres y el sexo hemos tenido una relación similar a la del mago con su sombrero. Entre más metemos la mano, mejores cosas surgen de él. Hemos pasado del orgasmo, al Punto G y ahora el Squirt, ese unicornio de placer del que muchas hablan, pero pocas han experimentado, o al menos de forma consciente.
El Squirt es la expulsión de un líquido transparente e inodoro que se presenta con la estimulación apropiada en medio de una fuerte excitación sexual. La mayoría de las mujeres desconocen que son capaces de producir esas descargas; cuando llega a ocurrir piensan, equivocadamente, que su vejiga les jugó una mala pasada y sienten vergüenza porque creen que han orinado la cama ¡Pero no! Lo que ha ocurrido realmente es que han experimentado una de las muchas posibilidades de placer que su cuerpo puede provocar.
La eyaculación femenina y el Squirt suelen ser confundidos con frecuencia, pero el Instituto Nacional de Medicina Sexual de Estados Unidos sostiene que son dos cosas diferentes. La eyaculación en las mujeres es la liberación de un líquido transparente o lechoso durante el orgasmo, no son grandes cantidades ya que la mayor parte queda en el canal vaginal y por su consistencia puede confundirse con la lubricación que la excitación genera.
Por otro lado, el líquido que se produce durante el Squirt sale en forma de chorro y es producido por las Glándulas de Skene, que son homólogas al tejido que forma la próstata en los hombres. Dichas glándulas se encuentras alrededor de la uretra y al interior de la vagina, justo donde se ubica el Punto G, y se ponen a trabajar cuando son estimuladas correctamente, pero ojo, el Squirt no está relacionado de manera directa con la llegada al clímax.
Aunque no necesariamente esté ligado con el orgasmo, es muy cierto es que para lograr el Squirt se debe estar en un punto de excitación tal que seas capaz de dejar que tu cuerpo vibre al ritmo de las contracciones necesarias para explotar de placer.
¿Cómo conseguir un Squirt? El mejor camino es la estimulación manual, tuya o de tu pareja. Usa el dedo medio o anular para entrar por la vagina, con la palma hacia arriba. Comienza a palpar hasta encontrar la zona rugosa (el famoso Punto G), si sientes ganas de orinar no pasa nada, sólo será la sensación, pero eso significa que vas por buen camino. Usa movimientos circulares, presiona con distintas intensidades. También puedes intentarlo jugando con tu clítoris. Sentirás cosquilleos y contracciones. No te contengas ¡déjate llevar!
Recuerda que para tener una vida sexual placentera es necesario que aprendas a fluir y a dejar de pensar mecánicamente en cómo crees que una relación sexual debería ser. No te obsesiones por el Squirt, relájate y no lo pongas como una meta, sino como una consecuencia del goce y el placer.