La semana pasada me puse a mirar Youtube, comencé con música y el destino de la reproducción sugerida me llevó a Netas Divinas, el video corría sin que yo hiciera mucho caso, pero atrapó mi atención cuando Gloria Calzada preguntaba a las demás si a ellas alguna vez sus seguidores, también les habían fotos de sus pies. ¿Raro? La verdad, no tanto, es fetichismo.
El fetichismo sexual es cuando un objeto, sustancia o parte del cuerpo provoca excitación u orgasmos en una persona. Y a dicho “detonador” se le conoce como fetiche. Especifiqué “fetiche sexual” porque hay otro tipo de fetiches, que es el gusto desbordado por algún objeto, como les sucede a los coleccionistas, pero como no tiene nada que ver con el sexo, es no nos importa en este artículo, sólo lo mencioné por si tenías curiosidad.
Por mucho tiempo las personas fetichistas fueron catalogados como pervertidos, como siempre, lo que no está normalizado es catalogado como “raro”, sin embargo, con el paso de los años hemos podido ver a la sexualidad como un gran abanico para el placer, hemos pasado del hombre-mujer y del pene-vagina a un sinfín de alternativas para disfrutar de nuestro cuerpo y dejar volar la imaginación. A continuación, te presento los fetiches más comunes.
- Los pies. Son el rey de los fetiches (junto a los zapatos o las botas de tacón alto). Hay personas que se excitan de sólo, mirarlos, otros necesitan tener contacto con ellos, dar un masajito e incluso llevárselos a la boca o frotar sus genitales en ellos.
- Lencería… Encaje, seda, de color, negro, rojo, ligueros, corsés, tenemos miles de opciones en este rubro. Y no si quien los usa es hombre o mujer, los tejidos y las sensaciones disparan el placer de quien los usa o quien los mira.
- Ropa interior usada. ¡Guácala, qué rico! Usar los calzones usados de la pareja puede resultar un juego muy sexy y erótico para algunos.
- Piercings. En la lengua, el labio, pezones o incluso genitales. El contacto con ellos puede generar mucho placer a algunas personas.
- Voyerismo. El placer de mirar a otras personas desnudos o teniendo sexo. Es un fetiche más común en los hombres. Ver provoca excitación y en muchas de las ocasiones se masturbará mientras observa.
- Travestismo. Usar la ropa del sexo opuesto para excitarse y obtener placer sexual. Es importante recordar que travestirse como fetiche es diferente al travestismo como identidad sexual.
Hay muchas cosas que nos pueden gustar cuando hablamos de meter creatividad en las relaciones sexuales, texturas, sabores, olores o a veces tenemos inclinación hacia otras partes del cuerpo que por lo general no están catalogadas como “zonas erógenas” como la espalda o el cabello. Y esto no siempre significa que sea un fetiche, para poder catalogarlo así tendrías que analizar si es algo que te provoca directamente y si es de manera constante.
Una vez más te recuerdo que cuando hablamos de sexo, la regla es no obligar a nadie a hacer algo que no desee, pero de manera consensuada, todo fetiche es aceptable, disfruta los tuyos sin culpa.