La adolescencia es un periodo de búsqueda y autoconocimiento. Durante esta etapa se crea una forma de pensar y ver el mundo, se definen intereses, gustos, se desarrollan habilidades, aprenden a reconocer aquello que les es útil para encaminarse a construir el futuro que se imaginan. A veces quieren comerse al mundo y otras tienen miedo. Es natural estar confundido y sentir que nadie le entiende, a veces ni ellos mismos lo hacen.
Inician un proceso de exploración y reconocimiento, tratan de responder a la pregunta ¿Quién soy? En todos los aspectos: música, ideas políticas, ropa, estilo, lenguaje, vestimenta. Se cuestionan sobre con qué tipo de gente quieren relacionarse en amistades y en relaciones personales, hay una búsqueda o reafirmación en cuanto a identidad de género y orientación sexual.
De niños parece todo resuelto, los padres son percibidos como personas que nunca se equivocan, son héroes. Al iniciar la adolescencia, todo se encuentra en transición, incluida la relación con sus progenitores, comienzan a ver incongruencias y defectos entre quienes son y lo que dicen. Desafían las reglas, para poder vivir sus propias experiencias y formar una opinión individual. Necesitan equivocarse para reestructurar su relación consigo mismo y con los demás.
Como padres, en muchas ocasiones tratamos de hacer que nuestros hijos vayan por el camino que consideramos es el mejor para ellos, sin embargo, a veces el miedo nos hace actuar con un instinto de sobreprotección, pero e importante comprender que el papel de los padres consiste en guiar y para que tus hijos vean en ti a un aliado más en su adolescencia, te recomiendo tomar en cuenta lo siguiente:
- No puedes forzarlo a ser como tú desearías, dale la libertad de elegir y definir sus gustos.
- No lo obligues a hacer las actividades que a ti te gustan, debe tomar sus propias decisiones.
- Evita juzgarlo, criticarlo, o tratar de cambiarlo, esto puede generar problemas en su personalidad, generar actitudes hostiles o alejarlo de ti.
- No invadas su intimidad ni hagas preguntas incómodas, en lugar de eso hazle saber que lo respetas y que puede confiar en ti, de esta forma confiará en ti.
- Y recuerda: sólo puedes intervenir si lo que decide hacer pone en peligro su vida o salud, pero en general, tu papel radica en formarlo con una educación sólida, bases y consejos que le permitan tomar las mejores decisiones al construir su identidad.
A veces, los adolescentes tienen un gran reto y no saben por dónde empezar, si este es el caso, puedes proponerle acudir a terapia con un especialista que le ayude a aterrizar todo lo que está sintiendo. O si consideras que establecer un vínculo de confianza con tu hijo te está resultando más complicado de lo esperado, te sugiero acudir con un especialista que pueda apoyarlos a comprender la situación que ambos están viviendo con esta transición. No te asustes con sus dudas, ni sientas que sus cambios de humor son algo personal contra ti, tener una actitud positiva hacia su evolución, ser respetuoso de sus espacios y ser claro al hablar de los temas que le conflictúan es el mejor camino que puedes seguir.