Pensar en que alguna persona no pueda estar interesa en el sexo, socialmente, puede parecer una idea difícil de digerí. De inmediato pensamos que si a alguien no le gusta coger es porque hay algo mal física o emocionalmente, sin embargo, debes saber que la asexualidad existe, es más, de acuerdo con The Sexual Visibility & Education Network, 1% de la población pertenece a este grupo, y para ellos, ser comprendidos, es todo un desafío.
La asexualidad es parte del espectro sexual. Los alosexuales son personas que sienten atracción sexual hacia otras y en el caso de los asexuales o “ases” esta atracción está ausente, y no significa que haya algo mal. No es falta de deseo sexual, solo es su naturaleza.
Mitos sobre la asexualidad
- Los asexuales nunca tienen sexo: Falso. Hay varios tipos de asexuales: grisexuales, que tienen sexo raramente o circunstancias específicas; grasexuales, que tienen periodos esporádicos de atracción sexual; y demisexuales, que sienten atracción sexual sólo hacia la persona con la que tienen una fuerte conexión emocional.
- Los asexuales no tienen libido: Falso. Puede haber líbido pero no dirigido hacia una persona específica. Incluso, pueden recurrir a la masturbación para satisfacer esta necesidad o tener relaciones con sus parejas, pero no por deseo sexual. De hecho, los asexuales pueden llegar a disfrutar el sexo, pero no por la sensación sino por sentirse cercanos a la pareja.
- Los asexuales son antisexo: Falso. Los asexuales no son antisexuales, la asexualidad es completamente distinta del celibato o la abstinencia, ya que no es una elección
- Los asexuales no se enamoran: Falso. Los “ases” pueden sentir atracción romántica hacia otras personas de su mismo sexo, sexo opuesto o ambos..
- A los asexuales no les gusta el contacto físico: Falso. Abrazar, acariciar, tomarse de las manos, son tipos de contacto que los “ases” pueden disfrutar.
Vida en pareja de los asexuales.
Los “ases” pueden tener relaciones románticas, sin embargo, es muy importante que mantengan una comunicación honesta y asertiva con sus parejas. Hablar de su orientación y sus gustos es medular. Será necesario negociar y llegar a acuerdos tomando en cuenta las necesidades sexuales de la pareja. En ocasiones, buscar un terapeuta sexual puede ayudar a ambos a comprender al otro, ser empáticos, aprender a ser respetuosos con los límites y mantener relaciones sanas.