La Organización de las Naciones Unidas reporta que alrededor de 10 mujeres son asesinadas cada día en nuestro país. Según con la CONEVAL, las mujeres dedican 2.5 veces más tiempo que los hombres a las labores del hogar, y en promedio, la brecha salarial con respecto al género opuesto es del 21 por ciento. Por si fuera poco, el US News & World Report, México está entre los 20 peores países del mundo para ser mujer. Pero tú como hombre, puedes ayudar a cambiarlo.
La violencia de género y la desigualdad están asociadas a la construcción cultural del país. El machismo sugiere que el hombre es, por naturaleza, superior a la mujer, el patriarcado es el predominio masculino en la sociedad han estado presentes en lo político y lo social por siglos, permeado de estereotipos y comportamientos que en la actualidad son caducos, porque la realidad es que todos, por el simple hecho de ser seres humanos, merecemos los mismos derechos y oportunidades.
La masculinidad se expresa a través de las conductas, pensamientos y estructuras que fueron construidas dentro de un momento histórico determinado. Pero el concepto es mutable, lo cual significa que cambia en función del contexto y a partir de nuestras decisiones y acciones. La masculinidad como la conocemos es tóxica, está relacionada con la cultura de la desigualdad, las relaciones de poder que fomentan estereotipos y roles de género anticuados, que limitan…. las nuevas masculinidades buscan la horizontalidad, el consenso, la relación entre igual, el respeto.
No existe una sola masculinidad, sino tantas como hombres, no es una receta mágica sino una nueva forma de autoconcepción y de relacionarse con las mujeres. Se trata eliminar violencia, la creencia de la superioridad, de recuperar el derecho a ser, porque las nuevas masculinidades no sólo benefician a las mujeres, sino que dan la oportunidad a los varones de ser vulnerables, vivir su paternidad más allá de ser “el proveedor” y de expresarse como les venga en gana, sin pensar en tener que mantener “una imagen” que cumplir porque su hombría peligra.
Si eres de esos hombres que quieren aportar para que este mundo sea justo para todos puedes hacerlo con ejercicios de reflexión, redefine la forma en la que te gustaría relacionarte con las mujeres, fomenta la empatía ¿Te gustaría que te trataran como a ellas? Date la oportunidad de deconstruir tus conceptos y cuestionar lo socialmente aprendido, esto no sólo beneficiará a las mujeres, te permitirá ser más libre al alejarte del rol establecido socialmente.
Deconstruir la masculinidad no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. Puedes visitar páginas como De Machos a Hombres, acercarte a asociaciones como Género y Desarrollo A.C. (Gendes) que impulsa las nuevas masculinidades a través de procesos de intervención y reflexión o acercarte a tu psicólogo de confianza, la terapia te ayudará a profundizar en quién eres, qué quieres y cómo puedes ser una mejor versión de ti mismo.
